La Isla de Lewis, la fascinación de las Hébridas

 Isla de Lewis

Nada más llegar a Stornaway, la capital de la Isla de Lewis, nos daremos cuenta de que hemos llegado casi a otro mundo. Todo parece muy solitario. Es una isla que apenas cuenta con habitantes, sin coches, y kilómetros de paisajes vírgenes. La Isla de Lewis, una de las más remotas de Gran Bretaña, se halla a 45 kilómetros de Escocia. La isla sólo tiene 90 kilómetros de largo y 45 de ancho, y se divide en dos.

Sólo el extremo norte de la isla se conoce hoy como la Isla de Lewis. La parte sur se la llama Isla de Harris, y está unida a Lewis por una carretera a través de montañas. Hasta que no fue construida, para llegar de un extremo a otro había que atravesar caminos impracticables.

En todas partes, si os fijáis bien, el paisaje es impresionante. En el interior hay páramos despoblados de gran belleza. La costa, con el telón de fondo de las montañas, es accidentada, sobre todo en su parte occidental, donde los altos acantilados y las espectaculares calas rocosas son golpeados continuamente por el empuje del Atlántico.

Las laderas de las montañas, los lagos y los valles sólo son accesibles a pie. En realidad, para todos aquellos que gustáis del senderismo más remoto, o las escapadas en bicicleta de montaña, la Isla de Lewis es ideal. Además, también es perfecta para los amantes de la navegación marítima y la pesca.

En la costa oeste se halla la Casa Museo Arnol Black, una casa de campo tradicional que alberga la historia de la isla hasta bienentrado el siglo XX. Cuando el último de los ocupantes abandonó la casa en la década de 1960, dejaron atrás sus sencillos muebles de madera y los utensilios más básicos.

 Callanish Standing Stones

Más al sur, en la costa occidental, nos encontramos con el pequeño pueblo de Gearrannan. Se trata del típico pueblo tradicional escocés, con sus calles y casas de piedra. Realmente ha sido modernizado para acoger a mucha gente que viene aquí para aislarse en sus vacaciones.

Cerca de allí se levantan un grupo de 48 piedras megalíticas, las Callanish Standing Stones, rodeadas de montañas. La piedra central mide más de cuatro metros de altura. Tienen una antigüedad de 5.000 años, y forma uno de los complejos prehistóricos más interesantes de Gran Bretaña. Cualquier persona que las recorrar sentirá un halo de misterio fascinante.

La pequeña capital de la isla de Lewis es Stornaway, a la que se puede llegar en avión o en ferry desde Ullapool, a unas 2 horas y 40 minutos de navegación. Desde su pequeño puerto podemos ver las estrechas callejuelas que nos llevan al centro histórico, todas ellas llenas de pequeñas tiendas, cafés y algunos bares.

Para comer en Stornaway os recomendamos el restaurante Solas del Hotel Cabarfeidh, de tres estrellas. Dependiendo de la temporada en la que vengáis, ofrece vieiras, camarones, langostas, ostras o salmón. El pescado se puede servir en sopas, salsas o ahumado.

Un aspecto muy importante de esta isla, y que tenéis que seguir, es que es muy religiosa. Los domingos cierra todo en la isla, a excepción de un par de bares.

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1 comentario

  1. Susana Morrison dice:

    Me podrán pasar información, si es que la hay de mis antepasados (1400-1500) clan Morrison
    Estoy del otro lado del mundo. Uruguay Sudamérica

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