El Acta de Unión de 1707
El conocido como Acta de Unión de 1707 lo conformaban una serie de leyes que se aprobaron por los parlamentos de Inglaterra y Escocia. Tras este Acta de Unión se implementaba el Tratado de Unión entre ambos países, o lo que es lo mismo, la inminente unificación de ambos países.
Así, podemos decir que la importancia del Acta de Unión fue principalmente que los límites geográficos se rompieron por completo, dando lugar así a un nuevo país que pasaría a llamarse Reino de Gran Bretaña.
Esta unión y creación del nuevo país, tenía como consecuencia inmediata la disolución de los dos parlamentos, creando uno sólo, el Parlamento de Gran Bretaña emplazado en Westminster, Londres.
Para entender esta unión es necesario entender la situación de ambos países. Por un lado tenemos a Escocia, que tras el proyecto Darién, el intento de establecer una colonia en el istmo de Panamá, estaba sumida en una crisis financiera realmente grande y preocupante. Con esta unión, Escocia podría utilizar los subsidios ingleses, algo que sin duda alguna aligeraría su carga. Como dato importante, cabe destacar que unos de los 25 artículos de este acta, aseguraba más de 398.000 libras esterlinas para que Escocia pudiera responder por la deuda pública. A
Aun así, el Acta de Unión no era demasiado popular entre sus habitantes. Cabe destacar que antes de su aprobación en el Parlamento, llegaron numerosas peticiones populares para no seguir adelante. Además, durante el día de la aprobación se sucedieron numerosas protestas masivas que intentaban terminar con este acuerdo, protestas que en algunos puntos se volvieron violentas y que desembocaron en la ley marcial.
Por otro lado tenemos a Inglaterra. La gran y fuerte Inglaterra. Un país que se pasó parte de su historia temiendo que el protestantismo terminará siendo derrocado. Así, el principal interés de Inglaterra era precisamente que gracias a la unión con sus vecinos norteños podrían asegurar la sucesión protestante al trono, manteniendo así la exclusión de los católicos.
El tratado se firmó, y Gran Bretaña se creó. No obstante, lo cierto es que la salvación económica para Escocia se demoró bastante. La unión aduanera impondría nuevas cargas tributarias al mismo tiempo que se aprobaba la aplicación de impuestos específicos, como el de la malta. Sin duda Escocia había salido mal parada de esta unión, y aunque a partir de ese momento muchos fueron los que propusieron la disolución, cuatro votos en contra frenaron el proceso.
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