La fiesta vikinga del fuego del Up-Helly-Aa
Islas Shetland, las islas exteriores. En los confines del mundo. A medio camino entre las costas noruegas y las del norte de Escocia. Año 839 d.C.
Desde las cimas de los abruptos acantilados de las Sealtainn, dos vigilantes pictos divisan en la lejanía, recortados contra el horizonte, los poderosos drakkars vikingos. Desde las costas escandinavas, años antes, a fines del siglo VIII, los primeros vikingos habían arribado al litoral británico. La pequeña isla de Iona fue testigo de la primera invasión. Corría el año 794 y aquella tribu hubo de sufrir la crueldad de aquellos desconocidos guerreros.
El temor y la precaución a nuevas ofensivas se había adueñado del reino de los pictos, pero aún así, nada pudieron hacer cuando las naves noruegas llegaron a las islas Shetland, por aquel entonces conocidas en su idioma original gaélico, Sealtainn.
Tanto las Shetland como las Orcadas eran sus objetivos. Desde ahí abordarían el valle de Earn y el río Tay antes de enfrentarse al rey picto Eoganan y darle muerte. Tras la derrota posterior del rey de los escotos, Aed Mc Boantas (otra de las tribus asentadas en aquellas tierras) establecieron los primeros asentamientos firmes vikingos y dieron paso a las primeras colonias de noruegos que se conocen en Escocia.
Cada año, en esta islas, en su capital, Lerwick, se conmemora aquel hecho, celebrando la llegada de aquellos vikingos.
Cada mes de enero, en la fiesta, a la que se conoce con el nombre de «Up-Helly-Aa«, miles de personas se dan cita en aquel remoto lugar. Se trata de una tradición antigua a la que casi podríamos considerar como ritual, y en la que el fuego es el elemento principal. Por ello se la conoce también como «el festival vikingo del fuego«.
Data del año 1881, cuando se celebró por primera vez, y en estos más de 130 años, solo tres veces dejó de celebrarse, con motivo de la muerte de la Reina Victoria y por causa de las dos guerras mundiales. Sin embargo, se conservan escritos de otras fiestas de similares características en años anteriores que bien pudieron ser la base de esta tradición.
En 1840 ya se quemaban barriles de alquitrán, y solía hacerse siempre 24 días después de la Navidad. En la década de los setenta (del siglo XIX), se introdujeron las ropas vikingas, siguiendo el estilo «guizing» y en 1876 se hizo el primer desfile con antorchas. Tres años después se incorporó el barco vikingo, y a partir del año 1906, con el paso de los años, la organización de los escuadrones vikingos se fue haciendo más evidente.
Por la fecha cuando se celebra (este año ha sido el 28 de enero), se la considera como la festividad que cierra definitivamente la navidad, y en ella se reúnen generaciones de familia que se pasan la tradición de unos a otros. El culto no solo conlleva el vestirse con las ropas típicas vikingas, sino también el establecimiento de clanes, cada uno de ellos con su propio jefe guía.
En los desfiles de este día tan particular asombra ver la calidad de los trajes de los llamados «guizers», pero sobre todo, el del Jefe, un puesto que se considera honorífico desde que se instaurara por primera vez a fines del siglo XIX, es una maravilla en el que el casco, la coraza, el escudo, el cuchillo, el cinto y la capa tienen un valor histórico incalculable.
En el transcurso de la noche, todos estos «vikingos» desfilan en comitiva hacia el mar cada uno con su propia antorcha. Este desfile de fuego atraviesa las calles de la ciudad de Lermick, apagada especialmente para esta ocasión, de modo que solo la mística iluminación de las antorchas es la que otorga ese misterioso juego de luces y sombras danzantes.
La fiesta se termina con la quema del Drakkar, el barco vikingo, el momento culminante del Up-Helly-Aa.
Tras ello, la noche quedará abierta para cantar y bailar al más puro estilo escocés y nórdico.
– MÁS INFORMACIÓN
- Qué ver en Lerwick
- Fotos de las Islas Shetland
- Más información y fotos vía web oficial: Up Helly Aa
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