La Iglesia de Holy Rude en Stirling
El 29 de julio de 1567 Jacobo I de Inglaterra y VI de Escocia era coronado rey de todos los escoceses en la Iglesia de Holy Rude de Stirling. El hijo de María Estuardo no había cumplido ni tan siquiera un año de edad, y para tal evento no escogieron una ciudad y un monumento cualquiera. Stirling era por aquel entonces capital del reino, y ha pasado a la historia como una de las ciudades más importantes del pueblo escocés.
Holy Rude es el segundo monumento en importancia de esta ciudad, tras el imponente castillo. Fue construida en el siglo XII, aunque de su origen no queda absolutamente nada ya que fue destruida por un incendio. Los trabajos de reconstrucción se iniciaron en 1414, y se demoraron hasta el siglo XVI, algunas décadas antes de la entronización de Jacobo VI.
En la actualidad, junto con la Catedral de Gloucester y la Abadía de Westminster, Holy Rude comparte el honor de ser las únicas iglesias que han acogido coronaciones de monarcas en Gran Bretaña. Para ver este maravilloso e histórico templo tenemos que enfilar St. John Street, o bien venir desde el bonito paseo que lo une con el castillo en una caminata de unos cinco minutos a pie.
Curiosamente durante varios años la iglesia estuvo dividida, aunque hoy forma un todo realmente abrumador. La visita al interior es gratuita, aunque se aceptan donaciones (estad atentos a los horarios de apertura). En él encontramos un lugar grandioso, impregnado de esa fragancia que suelen tener los edificios con historia. El aura que desprende realmente nos evoca aquella coronación de Jacobo VI, un hecho fundamental en la historia de Escocia.
Junto a la iglesia hay un cementerio, de esos típicos cementerios evocadores y nostálgicos. De él nos quedamos con las vistas tanto de la iglesia como del castillo. El mejor lugar sin duda para sentarse sobre el césped y respirar las innumerables historias y leyendas que se cuentan de Stirling.
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