Vestigios de los Templarios en Escocia
Tras la disolución y ejecución de los principales responsables de la Orden del Temple, por orden de Felipe IV en 1307, un importante número de caballeros consiguieron escapar a la purga. Ni el mítico tesoro templario ni los conocimientos adquiridos por la orden cayeron en manos de sus captores, lo cual ha suscitado un gran número de mitos y leyendas, como la que nos habla de las claves ocultas para hallar dicho tesoro, que deberían estar codificadas en las esculturas y adornos de la Capilla de Rosslyn.
Pese a que Felipe IV había animado a los demás monarcas a continuar la persecución de los Templarios, muchos de ellos omitieron este consejo, debido en parte a las buenas relaciones que mantenían con la orden. Los distintos grupos de templarios que marcharon al exilio fueron acogidos en distintos países, como Portugal (donde pasaron a ser los Caballeros de Cristo) o Alemania (donde algunos se pasaron a los Caballeros Teutónicos).
El rey escocés Robert Bruce fue uno de los que ignoraron tanto a Felipe IV como a Clemente I, quizá por le hecho de que había sido excomulgado y ya no le importaba lo que pudiera pensar el Vaticano. De hecho, está constatado que durante la batalla de Bannockburn, hubo caballeros del Temple luchando junto a las tropas del monarca escocés.
Es entonces cuando aparece la figura de Sir William Saint Clair, líder familiar de los Saint Clair y también príncipe de las Órcadas, en estrecha relación con los caballeros templarios. Es a tan ilustre personaje al que debemos la construcción de un lugar tan enigmático y hermético en sus misterios, que hoy en día sigue produciendo fascinación y curiosidad, la capilla de Rosslyn. Pese a que en un principio estaba destinada a servir de Colegiata, el proyecto fue recortado debido a la extrema complejidad de los adornos diseñados, aun así, llevó cerca de 40 años el terminarla.
Dejando de lado la maravillosa obra de arte que es la capilla en sí, nos encontramos con el más inquietante de sus atributos, el llamado Pilar del Aprendiz, que es uno de los que dividen la capilla del coro central. Esta columna llama la atención por su belleza y cada cual parece darle su propio significado. Hay quienes aseguran que es una representación del mítico árbol de los mitos nórdicos (el Ygdrasil), otros sostienen que se trata del árbol del Edén y otros que en su interior se esconde algo. Su inscripción que reza «Tras este pilar se encuentra la cabeza de Dios» es tan enigmática como sugerente.
Las teorías al respecto nos hablan de que en Rosslyn se encuentran ocultos importantes retazos de la historia cristiana, yendo desde el Santo Grial y los Evangelios Apócrifos hasta el Arca de la Alianza o la mismísima cabeza de Jesucristo (¿el misterioso Baphomet al que adoraban los templarios?). Sea como fuere, en esta capilla hay misterios de sobra, siendo otro de los más curiosos el hecho de que podemos encontrar varias mazorcas de maíz talladas entre sus paredes y columnas, hecho significativo cuando aun quedaba casi un siglo para el descubrimiento «oficial» de América.
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