Gruinard, la playa del ántrax

Playa Gruniard

Aunque no es un destino para veranear con sol, Escocia tiene unas playas preciosas para ver y disfrutar, a pesar de que no siempre acompañe el clima. Un ejemplo de una playa es Gruinard. Se trata de una pequeña isla, situada al norte del país.

La playa presenta un bonito paisaje, con su arena fina y dorada, y sus rocas a las que baña el Atlántico, todo ello rodeado de sus montañas de color verde por la abundante vegetación, lo que hace un lugar extraordinario para disfrutar de la vista, sobre todo al atardecer.

Pero la historia de Gruinard es mucho más impactante que un paisaje, que hoy en día podemos disfrutar pero no ha sido siempre así.

Gruinard es un claro ejemplo del horror y las consecuencias de las armas biológicas, ya que el gobierno británico utilizó la isla para probar la efectividad del ántrax. El ántrax es una enfermedad originada por el bacilo Bacillus anthracis, esta enfermedad es mortal prácticamente en el 100% de los casos. Además el bacilo está cubierto por una espora que puede sobrevivir hasta cientos de años en las condiciones más duras.

En 1942 el gobierno británico tenía pensado bombardear las ciudades alemanas con ántrax. Para probar antes de bombardear, decidieron utilizarlo en la isla de Gruinard, donde por entonces habían 60 ovejas, que murieron a los pocos días.

Si se hubieran bombardeado las ciudades alemanas hubieran quedado inaccesibles durante décadas, por lo que finalmente los británicos decidieron no usar el ántrax. Por lo que respecta a Gruinard, la isla quedó totalmente muerta y permaneció inhabitable durante épocas. En cuarentena y prohibida su visita durante 50 años, Gruinard nos recuerda el horror y lo que puede suponer la guerra biológica.

Tras una limpieza de la isla, que suponía el lavado mediante toneladas de formaldeido y agua de mar, la isla volvió a ser habitable, volviendo a instalarse allí más ovejas.

Foto vía: steve carter

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