Joyas de la Corona Escocesa

Joyas de la corona

Por 864 años, Escocia formó un poderoso estado independiente, el cual supo tener gran importancia en el escenario europeo, y principalmente, en la cristiandad.

Desde el año 843 hasta 1707, el trono escocés fue ocupado por ardorosos monarcas que supieron mantener la independencia del país frente a la recurrente amenaza inglesa, y creando así, pese a la rusticidad de sus gentes, un gran apego de la población hacia la monarquía nacional.

Esa grandeza de los reyes de la Tierra de los Scotos se vio reflejada en un conjunto magnifico, mas valioso que una gran fortuna y mas poderoso que una fortaleza. Pero este conjunto no se valió de monedas, ni de inmensas piedras superpuestas, si no que fueron las nobles artes las responsables de su forjado. Las Insignias de Escocia, como se le conoce a las Joyas de la Corona, resplandecen hasta hoy protegidas por las celebres paredes del castillo de Edimburgo en la Sala de la Corona.

El conjunto está formado por la Corona Real, la Espada del Estado y sus accesorios, y el Cetro real; y su estado y conformación actual se debió a diversos hechos acontecidos en la agitada historia escocesa.

La Corona Real fue forjada en 1306 por orden de Robert The Bruce, pues la antigua corona había sido robada por Eduardo I de Inglaterra, y se la conoció como el “Aro de Oro”. Posteriormente, en 1540, el rey Jaime V dispone la reforma de la insignia, agregándole a la misma 42 piedras preciosas, entre amatistas, diamantes y granates; perlas provenientes de los ríos escoceses emplazadas en la cruz central y una gorra púrpura ribeteada de armiño.

La Espada del Estado llegó a Escocia en 1507, como obsequio del papa Julio II al rey Jacobo VI, y consiste en una preciosa obra de metalurgia. Su empuñadura es de plata maciza, y su hoja presenta delicadas tallas de san Pedro y san Pablo, así como los símbolos del pontífice, al igual que en la vaina y el cinto.

El Cetro también provino de un Papa como regalo para Jacobo VI, claro ejemplo de la unión del Estado Escocés con la Santa Sede, pero en este caso de manos de Alejandro VI, en el año 1536. Su realización es completamente en plata pura, coronado por una esfera de cristal de roca y perlas, todo rematado por figuras cristianas que simbolizan a Cristo, varios Apóstoles, y la virgen María.

Las joyas en su forma actual, fueron utilizadas por primera vez en la asunción al trono de la celebre Maria Estuardo en 1543, pero solo volverían a brillar con toda grandeza en tres coronaciones mas: Jaime de Inglaterra y Escocia en 1603, Carlos I en1633 y Carlos II en 1651.

A partir de aquí, las joyas de la Corona comienzan una odisea consistente en escondites para protegerlas de Cronwell, posteriores apariciones, su regreso al castillo de Edimburgo y su largo letargo en la sala del Trono, hasta que en 1818 son redescubiertas y expuestas al publico.

Su historia es mucho más rica, pero solo quisimos dar una síntesis sobre estos Símbolos de Escocia, que pese a todos los reveses que sufrió su pueblo, nunca abandonaron el suelo escocés.

Foto Vía: tonecasblog




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