Melrose, la pequeña ciudad del rugby

Melrose

El nombre de Melrose, o Mailros, se le dio a un bucle en el río Tweed, en el lugar en el que hoy aparece la vieja ciudad de Melrose. Fue precisamente en este lugar donde se fundó la Abadía de Melrose en el año 650. El monasterio fue finalmente destruido, aunque más tarde se procedió a reconstruirlo.

Sin embargo en vez de reconstruirlo en el lugar de su predecesor, los constructores decidieron hacerlo tres kilómetros más al oeste, en un asentamiento llamado Fordel. Aunque no se construyó como tal en Melrose, el monasterio se llamó Abadía de Melrose, y la ciudad de Fordel cambió de nombre por el de Melrose.

Los ejércitos invasores ingleses atacaron la abadía entre 1300 y 1540, quedando totalmente destruida en 1560. Sin embargo, Melrose ya se había convertido en un centro de producción de lana y lino. Hoy en día es una ciudad pequeña y muy bonita. Es el lugar perfecto para escapar de todo, ya que a simple vista parece muy aislada del bullicio turístico.

Muchos son los edificios históricos que salpican la ciudad, aunque la Abadía de Melrose es la atracción más conocida. No muy lejos se halla el Jardín de Priorwood, o la exposición Trimontium, que se centra en el patrimonio romano de la zona, que lo convierte en un paseo fascinante por la historia de Melrose. Este paseo, de casi seis kilómetros, está abierto desde abril hasta octubre.

Una vez al año, cada mes de abril, Melrose acoge a una gran cantidad de gente con la disputa del siete naciones de rugby. Los equipos vienen desde todas partes del mundo, y traen con ellos a los mejores jugadores de este deporte. Si estáis en Melrose en la segunda semana de abril, tenéis que pasaros por el Melrose Rugby Football Club, y disfrutar del espectáculo.

Melrose merece pues una visita. Con su larga historia y su gran número de atractivos, además de la sensación de ser un pueblo pequeño, con gente muy hospitalaria y agradable, estaréis seguros de encontrar un maravilloso lugar para descansar.

Foto Vía Flickr

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