La región de Fife, un reino de tranquilidad
Para todos aquellos que deseáis huir del bullicio de las grandes ciudades, os recomiendo la región escocesa de Fife, tan interesante que para muchos es conocida como el reino de Fife. Aquí podemos visitar pueblos maravillosos, los más conocidos son Saint Andrews y Dunfermline, la antigua capital de Escocia. Glenrothes es la capital administrativa.
Podemos acercarnos al pueblo de Scotlandwell, cerca del lago Leven y a la sombra de su gran palacio episcopal. El pueblo toma su nombre del antiguo pozo que todavía existe y que proporciona un suministro de agua constante a la ciudad. Durante siglos el agua del pozo tuvo propiedades curativas. Hoy en día, a pesar de estar tapado con una enorme piedra, podemos acercarnos a beber de estas aguas.
Los alrededores de este pueblo están marcados por el Lago Leven y el impresionante palacio episcopal en la cima de una colina. Aquí podemos ir al aeródromo de Portmoak y practicar vuelo sin motor.
Falkland fue el destino de vacaciones de la reina María de Escocia. Hoy en día su palacio ha quedado al cuidado del National Trust de Escocia. Es uno de los mejores ejemplos de arquitectura renacentista en Europa, y tanto el palacio como sus jardines están abiertos al público. El pueblo también cuenta con la pista de tenis más antigua del Reino Unido. Se remonta al siglo XVI y aún hoy se puede jugar sobre ella. En Falkland hay numerosas tiendas, pubs y restaurantes.
Aberdour es un pequeño pueblo costero muy popular entre los turistas. Situado en la orilla norte del Firth of Forth, Aberdour tiene dos de las mejores playas de Escocia. También es un lugar perfecto para los amantes del senderismo costero. El pueblo también tiene su propio festival, que se celebra en agosto. Dos de sus edificios más interesantes son las ruinas del castillo de Aberdour, cerca de la estación de tren, y la Iglesia de San Fillan, del siglo XII.
Culross es un pueblo precioso del siglo XVI, ideal para un día de campo en la región. Se conserva perfectamente y hace que los visitantes nos remontemos cuatro siglos atrás. En el centro se halla el palacio, de color amarillo mostaza, muy original. El pueblo es un laberinto de estrechas callejuelas empedradas, rodeadas de pequeñas casas, dominado por la Abadía de Culross, a casi 100 metros de la calle principal.
Así pues, no dejéis de visitar la región de Fife, un lugar ideal para un fin de semana de aventura y relax.
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