La isla de Islay, calma y belleza sin igual

Islay

Islay, frente a la costa oeste de Escocia y en la parte interior de las Hébridas, nos puede ofrecer un variado e interesante encanto. Debido a su posición geográfica, el clima es muy suave, y la vegetación es rica y bella. No hay muchos árboles, salvo en los lugares protegidos, pero la presencia de helechos y flores silvestres es exuberante y le dan un color peculiar y característico a la isla.

La variedad del paisaje es grande, sobre todo a lo largo de la costa, donde los escarpados arrecifes de roca volcánica alternan con tramos de arena, colinas y césped. Los grandes lagos casi cortan a la isla en dos partes. El Lago Indaal nos recuerda, por la cercanía con los pueblos de la isla, con los lagos italianos, y el Lago Gruinart que se extiende hacia el norte, donde el sonido de las olas del océano Atlántico es incesante en su lucha contra las rocas.

En Bowmore, la principal isla del centro, uno de sus recursos turísticos más atrayentes es el Centro de Ocio Mactaggart, que comprende una magnífica piscina, saunas y gimnasios de fitness, abierto cada semana de martes a domingo. Cerca se encuentran las destilerías de whisky de Morrisons Bowmore, Caol Ila, Ardbeg o Lagavulin, que ofrecen visitas guiadas. Completa la visita la Iglesia de Bowmore, en la parte superior de la Main Street, desde donde tendremos las mejores vistas del pueblo.

Islay ofrece unos hoteles y unas cabañas realmente confortables y relajantes. A diferencia de Jura, un paraíso de silencio y relajación total, en Islay podemos practicar por ejemplo la pesca, o visitar algunas de las ruinas históricas que nos ofrece, uno de los mayores encantos con los que nos podemos encontrar.

Hay un centenar de piedras talladas y cruces celtas en Islay. Muchas de ellas están tan gastadas y desfiguradas que sólo la indicación nos podrán decir de qué fecha son. De todas maneras, son las menos, y será un placer apreciar el intenso sentido histórico celta que tiene la isla.

Las piedras pertenecen a distintos periodos. Fundamentalmente se hallan en los cruces de Kildalton y Kilnave, con la cruz Doid Mhairi, en el jardín de Ardimersay, ejemplo que parece provenir del influjo celta irlandés, de los siglos XIII al XV.

Así que ya sabéis, si queréis visitar otro más de los encantos de Escocia, poned vuestras miras hacia la isla de Islay, un paraíso de calma y de belleza paisajística.

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